Uso de cookies
X

Las cookies que puede utilizar centrotomatisoliva.com:
• Cookies estrictamente necesarias como por ejemplo, aquellas que sirven para una correcta navegación y aseguran que el contenido de la página web se carga eficazmente.
• Cookies analíticas, son cookies utilizadas para el análisis, investigación o estadísticas con el fin de mejorar la experiencia del sitio web. Mediante el uso de estas cookies se puede mostrar información más relevante a los visitantes.
• Cookies de terceros como por ejemplo, las usadas por las redes sociales, o por complementos externos de contenido como google maps.

A continuación puedes permitir las cookies que desees que se ejecuten en la web (de las disponibles en la misma), así como información detallada sobre ellas:

INFORMACIÓN:
Las cookies necesarias ayudan a la navegación por parte del usuario activando funciones básicas y el acceso a áreas seguras de la web. Estas cookies no pueden desactivarse para el correcto funcionamiento de la web.

Cookie Próposito Caducidad Tipo
COOKIES NECESARIAS
Aplicación: Propia de centrotomatisoliva.com. Política de cookies de centrotomatisoliva.com
PHPSESSID Esta cookie es nativa de PHP y permite a la web guardar datos serializados de estado. En esta web se usa para establecer sesiones de usuario pasando datos de estado a través de una cookie temporal también conocida como Cookie de sesión. La cookie PHPSESSID no tiene caducidad establecida ya que desaparece cuando se cierra la web. SessionHTML
Aplicación: Propia de centrotomatisoliva.com. Política de cookies de centrotomatisoliva.com
acookie Esta cookie almacena la configuración de cookies seleccionada por el usuario para su uso en la web (activando/desactivando los distintos tipos de cookies) 30 díasHTML
ac_a Esta cookie almacena la configuración (activación/desactivación) de cookies seleccionada por el usuario para las aplicaciones analíticas existentes en la web. 30 díasHTML
ac_t Esta cookie almacena la configuración (activación/desactivación) de cookies seleccionada por el usuario para las aplicaciones de terceros existentes en la web. 30 díasHTML

INFORMACIÓN:
Las cookies de terceros son generadas por proveedores externos a la web mediante anuncios, utilidades, píxeles de seguimiento o similares. Recogen información relevante como la edad, la ubicación, el sexo y el comportamiento de los usuarios, lo que las convierte en potentes herramientas para el marketing online.

Cookie Próposito Caducidad Tipo
COOKIES DE TERCEROS
Aplicación: Visualizar Google Maps y uso de Google recaptcha (formularios web) en esta web. Política de cookies de Google
NID Visualización de mapas mediante Google Maps y herramienta recaptcha (formularios web) 6 mesesHTML
CONSENT Cookie técnica para controlar la aceptación de cookies de Google Maps. permanenteHTML

Terapia de Neuroestimulación Auditiva (TOMATIS) - Dificultades escolares y de aprendizaje (atención, concentración, memoria, retención de la información...)

Cuando los niños empiezan la Educación Primaria se asume que podrán sentarse quietos, poner atención, sujetar el lápiz y hacer que sus ojos hagan los movimientos necesarios para seguir la línea de escritura. Muchos niños estas habilidades las adquieren de forma natural, sin traumas, pero otros niños se encuentran con una serie de obstáculos que les impiden tener éxito en la escuela.

Numerosos problemas de aprendizaje tienen una base neurofuncional concreta. Nos referimos básicamente a los niños entre cinco y siete años que presentan dificultades importantes de lectoescritura o para realizar operaciones matemáticas sencillas. También muchos chicos que fracasan en Secundaria podían haber sido detectados y tratados antes de empezar la Primaria. Cuando el problema no es grave y el cerebro del niño tiende al orden puede llegar a resolver por sí mismo la situación con la experiencia. Pero otros muchos van pasando de curso con un déficit funcional que va acumulando retrasos en el aprendizaje escolar y que les supone al niño y su familia una gran carga emocional, desmotivación, cansancio y un gran esfuerzo diario que va en aumento a medida que las exigencias académicas crecen.



Causas más habituales y sus manifestaciones en el aula:
Problemas de procesamiento auditivo:
Son niños que parecen no prestar atención a la maestra, que no comprendes sus explicaciones, malinterpretan lo que se les dice, hay que repetirles las cosas varias veces, fallan en los dictados, se distraen, tienen mala orientación temporoespacial, son torpes en los deportes, adquieren un postura encorvada, etc.
El niño oye y entiende los sonidos del lenguaje años antes de aprender a leer y escribir, por lo que la calidad en la habilidad de escucha de un individuo afectará al desarrollo del lenguaje tanto hablado como escrito, es decir, en situaciones de aprendizaje y comunicación una escucha efectiva facilitará la recepción y el entendimiento de la información verbal.
Las dificultades auditivas pueden ser un gran obstáculo para un niño dentro de un aula, que es uno de los lugares más ruidosos que existen. Cuando el niño sufre de este trastorno le resulta muy difícil recibir toda la información que le llega a través del lenguaje, procesarla a buena velocidad y responder de forma adecuada.
La escritura es el proceso por el cual los sonidos son traducidos en sus formas gráficas. Si el sonido, que es la base del lenguaje no se reconoce con claridad y se procesa con dificultad, esto puede suponer un obstáculo para el desarrollo de la capacidad de escritura.
Además, al influir la audición en la comunicación, un procesamiento de la información erróneo o incompleto, afectará al desarrollo social de la persona.

Problemas de lateralidad y de la función del cuerpo calloso:
Son niños que hacen muchas inversiones al escribir, suman empezando por las decenas, no distinguen bien derecha e izquierda, confunden operaciones matemáticas contrarias como resta y suma, multiplicación y división, adoptan una postura distorsionada al escribir, cogen mal el lápiz, etc.
La lateralidad, por ejemplo, es una función que hace posible que nos orientemos en el espacio y en el tiempo y que va a permitir al niño entender las letras y los números. Es consecuencia de la distribución de funciones bien diferenciadas que se establecen entre los dos hemisferios cerebrales: el dominante que es el científico, donde estaría la función de lateralidad corporal y el subdominante o artístico que favorece el comportamiento social. La lateralidad hay que comenzar a definirla en el periodo preescolar para que al llegar a primaria el niño tenga unas referencias claras y bien organizadas para el aprendizaje de los códigos alfanuméricos. Sin una buena lateralidad, el niño no sabría si la escritura tiene que ajustarse a un patrón de ordenamiento diestro o zurdo, no sabría diferenciar si el orden es"23
"
 ó 
"
32
"
, o si se escribe "ES" o "SE"; no diferenciaría el mensaje, pensaría que son garabatos que no tienen relación.
Un niño diestro leería 1 - 2 - 3, pero para niño zurdo sería 3 - 2 - 1, como en un espejo; así nos explicamos las inversiones que realizan los zurdos que no se han adaptado al sentido direccional diestro. Si un niño no madura correctamente su organización lateral, se convierte en un candidato con problemas de aprendizaje. Es por esta razón que muchas corrientes educativas no enseñan la lectoescritura a los niños hasta que no están lateralizados pues además de dañar su autoestima pueden dar lugar a dislexia, discalculia, etc.
Antes de que podamos definir la lateralidad es necesario haber desarrollado las vías de conexión contralateral y haber activado la función del cuerpo calloso. Para que un hemisferio pueda actuar de referente de una función, debe estar informado de lo que ocurre en la totalidad del sistema y, sobre todo, en el otro hemisferio y de ello se encarga el cuerpo calloso. Sabemos que el cuerpo calloso hace de puente entre los dos hemisferios pero tiene un número de neuronas y vías de conexión menor que el número de neuronas de los dos hemisferios cerebrales. Esta es la razón por la que la actividad cerebral tiene que ser ordenada ya que el cuerpo calloso se bloquea fácilmente.
El cuerpo calloso es el responsable de que un gran pintor nos emocione con su obra. El hemisferio izquierdo se ha encargado de hacer una buena ejecución pictórica en cuanto a técnica y el hemisferio derecho de plasmar esa emoción capaz de hacer llorar a los que la contemplan. También, cuando el cuerpo calloso funciona bien la asociación de una imagen a una palabra nos ayuda en el aprendizaje y la memoria ya que provoca la llegada de información de ambos hemisferios formando una sola unidad cognitiva.

Problemas visuales:
Los niños que cuando leen cometen inversiones, se saltan de línea o de palabra, hacen sustituciones u omisiones. Al escribir se acercan mucho al papel, adoptan posturas distorsionadas. Tienen mala caligrafía que mejora con los ojos cerrados.
El 75% de la información que el niño recibe en el colegio está relacionada con la visión, por ello es necesario que el sistema visual permita al niño recibir la información de forma nítida, cómoda y eficaz a cualquier distancia y durante largos periodos de tiempo. No es suficiente con tener unos ojos sanos con una excelente agudeza visual.
Cuando realiza tareas escolares, además de las habilidades visuales, el niño tiene que relacionar la información visual con el resto de los sentidos, el auditivo, el sistema gravitatorio, la postura y el movimiento, la coordinación y la integración bilateral, la lateralidad, etc. Para que el procesamiento de la información no sea erróneo.

Problemas de memoria:
Cuando un niño no es capaz de memorizar al preparar una materia le suelen faltar las estrategias de aprendizaje adecuadas y la motivación para el estudio. Pero, en ocasiones, la causa es neurofuncional y el niño por mucho que quiera lleva una mochila demasiado pesada para él. Es muy difícil recordar si no asociamos lo que queremos aprender con una emoción, un suceso o una imagen, conexionando ambos hemisferios. Si la motricidad ocular es deficitaria será un lector torpe que estará más preocupado por leer bien que por comprender el texto. Si el procesamiento auditivo no es bueno, el niño en clase no entiende a la maestra o el ruido le distrae continuamente por lo que no escuchará correctamente las explicaciones a cerca de la materia que más tarde deberá memorizar, etc.

Problemas de atención o concentración:
El cansancio y la desmotivación generan falta de interés en las actividades que les suponen un gran esfuerzo. No hemos de ponerle la etiqueta al niño de vago o de estar afectado por TDA (no todos los niños distraídos son TDA) sino que hay que buscar las causas de esa actitud. No hay niños vagos sino desmotivados o con un déficit neurofuncional que se puede mejorar o, tal vez, un problema emocional que puede interferir en los sistemas de manejo de la información.