El realizar la estimulación bajo Oído Electrónico va a permitir madurar la función de Escucha del niño y poder integrar de forma adecuada el mensaje sonoro. Esto va a facilitar enormemente la labor reeducativa en logopedia.
Modificando la curva de escucha y la lateralidad auditiva obtendremos no sólo una mejoría en la comunicación y el lenguaje, sino una transformación completa de la actitud y la postura.
El niño que padece dislalia tiene dificultades con la pronunciación y la articulación de los distintos sonidos de su lengua.
Con la producción de las primeras palabras, entre los 12 y los 18 meses de edad, comenzarán los primeros errores de pronunciación. El niño dirá "lete" cuando se refiera a "leche" o "mimir" por "dormir". Estos errores son la consecuencia de la inmadurez de su lenguaje que tiende a simplificar los sonidos para que resulte más sencilla su pronunciación. A medida que avance en la adquisición de habilidades articulatorias, los patrones fonatorios se irán automatizando, mejorando su pronunciación y su fluidez verbal.
Cuando este proceso de adquisición de habilidades de pronunciación del lenguaje no se realiza con normalidad hablamos de dislalias. El trastorno fonológico o dislalia consiste en la incapacidad del niño para pronunciar correctamente los sonidos del habla que son esperables según su edad y desarrollo. Este trastorno se va a manifestar en errores en la producción de sonidos como la sustitución de una letra por otra (el niño dice "tasa" en vez de "casa") o la omisión de consonantes ("lapi" en vez de "lápiz").
Este trastorno suele presentarse entre los tres y los cinco años y es el trastorno del lenguaje más común en los niños.
Las disfasias expresivas se caracterizan porque el niño presenta un
lenguaje expresivo por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad. Esto se manifiesta en un vocabulario reducido, errores en tiempos verbales que ya debería haber adquirido, dificultades para nombrar las cosas, falta de fluidez verbal, emisiones verbales demasiado cortas y un ritmo de lenguaje expresivo inadecuado.
A diferencia del trastorno mixto del lenguaje, el niño con un disfasia expresiva comprende lo que otros le dicen de forma adecuada teniendo en cuenta su edad y desarrollo.
En el trastorno mixto del lenguaje se da, además, un problema de comprensión. El niño no puede comunicarse con su entorno debido a que no entiende los mensajes y, además, no puede expresar lo que desea.
Las disfasias mixtas consisten en trastornos del lenguaje graves donde el niño va a tener dificultades tanto en la producción como en la comprensión del lenguaje, es decir,
su capacidad para comprender y expresar el lenguaje están por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad y desarrollo en el resto de las áreas.
Las causas de los trastornos del lenguaje expresivo y mixto no se conocen en la actualidad. Numerosos estudios hablan de múltiples factores que estarían interviniendo en el proceso del desarrollo del trastorno, pero éstos, no siempre están presentes. Estas posibles causas se relacionan con:
- Los problemas auditivos, como las otitis de repetición, en la primera infancia causan déficits en el desarrollo del lenguaje y la comunicación ya que ese niño no ha podido percibir con nitidez los sonidos de su entorno.
- En el caso de niños que tienen dificultades únicamente en la expresión o producción del lenguaje, se pueden estudiar posibles problemas en la coordinación y control muscular de la producción del habla.
Uno de los factores que ha mostrado mayor relevancia en los estudios de las disfasias son las alteraciones del sistema nervioso. Los retrasos en la madurez cerebral se han planteado, al respecto, como la posible causa de los retrasos en el desarrollo del lenguaje infantil.
A través de un entrenamiento intensivo de la escucha, el niño se va abrir a un análisis más completo de los sonidos lo que le permitirá una descodificación mejor del lenguaje, una mejor expresión vocal, la discriminación fina de la sucesión de sonidos, permitirá una escritura y lectura más fluida, lo que le dará más confianza en sí mismo.<
La importancia del oído y del proceso auditivo en el desarrollo del lenguaje constituye el planteamiento fundamental de nuestra terapia. El niño oye y comprende los sonidos del lenguaje años antes de que aprenda a leer y a escribir. Desarrolla el lenguaje hablado a través de la escucha de los sonidos de su lengua materna presentados en forma de canciones, rimas infantiles y a través del estímulo que recibe de sus padres y hermanos.
Es razonable suponer que la calidad de la escucha del niño tiene una influencia importante en el resultado con el que el niño integra los sonidos del lenguaje. La audición de un niño puede ser "normal", es decir, libre de impedimentos médicamente reconocibles, pero esto no necesariamente significa que el niño escuche eficazmente. No es lo mismo oír que escuchar.
tartamudez tiene dificultades con el ritmo del lenguaje produciéndose bloqueos y repeticiones.
En el complejo proceso de adquisición del habla es muy frecuente la aparición de dificultades en la fluidez alrededor del tercer año de vida. Esto es debido a que, a esta edad, el niño no domina la coordinación de los músculos implicados en el habla, puede tener problemas para recordar las palabras adecuadas o se siente todavía inseguro al hablar. Sin embargo, estos problemas ocasionales son, en la mayoría de los casos, pasajeros y producto de una adquisición normal de las habilidades del habla.
Cuando estas dificultades en la fluidez no desaparecen y se hacen cada vez más frecuentes hablamos de tartamudez. Éste
consiste en una interrupción en el ritmo o fluidez del habla con una frecuencia mayor de lo que se considera normal a su edad. Estas alteraciones en el habla pueden ser: