Uso de cookies
X

Las cookies que puede utilizar centrotomatisoliva.com:
• Cookies estrictamente necesarias como por ejemplo, aquellas que sirven para una correcta navegación y aseguran que el contenido de la página web se carga eficazmente.
• Cookies analíticas, son cookies utilizadas para el análisis, investigación o estadísticas con el fin de mejorar la experiencia del sitio web. Mediante el uso de estas cookies se puede mostrar información más relevante a los visitantes.
• Cookies de terceros como por ejemplo, las usadas por las redes sociales, o por complementos externos de contenido como google maps.

A continuación puedes permitir las cookies que desees que se ejecuten en la web (de las disponibles en la misma), así como información detallada sobre ellas:

INFORMACIÓN:
Las cookies necesarias ayudan a la navegación por parte del usuario activando funciones básicas y el acceso a áreas seguras de la web. Estas cookies no pueden desactivarse para el correcto funcionamiento de la web.

Cookie Próposito Caducidad Tipo
COOKIES NECESARIAS
Aplicación: Propia de centrotomatisoliva.com. Política de cookies de centrotomatisoliva.com
PHPSESSID Esta cookie es nativa de PHP y permite a la web guardar datos serializados de estado. En esta web se usa para establecer sesiones de usuario pasando datos de estado a través de una cookie temporal también conocida como Cookie de sesión. La cookie PHPSESSID no tiene caducidad establecida ya que desaparece cuando se cierra la web. SessionHTML
Aplicación: Propia de centrotomatisoliva.com. Política de cookies de centrotomatisoliva.com
acookie Esta cookie almacena la configuración de cookies seleccionada por el usuario para su uso en la web (activando/desactivando los distintos tipos de cookies) 30 díasHTML
ac_a Esta cookie almacena la configuración (activación/desactivación) de cookies seleccionada por el usuario para las aplicaciones analíticas existentes en la web. 30 díasHTML
ac_t Esta cookie almacena la configuración (activación/desactivación) de cookies seleccionada por el usuario para las aplicaciones de terceros existentes en la web. 30 díasHTML

INFORMACIÓN:
Las cookies de terceros son generadas por proveedores externos a la web mediante anuncios, utilidades, píxeles de seguimiento o similares. Recogen información relevante como la edad, la ubicación, el sexo y el comportamiento de los usuarios, lo que las convierte en potentes herramientas para el marketing online.

Cookie Próposito Caducidad Tipo
COOKIES DE TERCEROS
Aplicación: Visualizar Google Maps y uso de Google recaptcha (formularios web) en esta web. Política de cookies de Google
NID Visualización de mapas mediante Google Maps y herramienta recaptcha (formularios web) 6 mesesHTML
CONSENT Cookie técnica para controlar la aceptación de cookies de Google Maps. permanenteHTML

Terapia de Neuroestimulación Auditiva (TOMATIS) - Trastornos del lenguaje

"La voz reproduce lo que el oído es capaz de escuchar". Alfred A. Tomatis

Un niño puede oír perfectamente y en cambio su escucha ser muy inmadura. Escuchar es discriminar adecuadamente todas las frecuencias que intervienen en el mensaje oral.
El papel del oído en el lenguaje es indiscutible. Hablamos como escuchamos

Cada etapa evolutiva corresponde con una etapa de apertura diafragmática del oído a distintas frecuencias. De ahí que sea característica una forma de hablar del niño, según la edad. En ocasiones un niño puede bloquear esa apertura del oído hacia nuevas frecuencias y quedarse fijado en una etapa anterior a su edad cronológica. Interviene mucho el área emocional en este proceso.

En otras ocasiones, las otitis de repetición pueden afectar a la discriminación auditiva.

La escucha como acto voluntario diferenciada del oír como acto pasivo, se alcanza cuando la cóclea capta, analiza, selecciona y controla los sonidos que le llegan.

La lateralidad auditiva se instala utilizando los circuitos más cortos para una plena eficacia. La zona de recepción e integración del lenguaje está exclusivamente en el hemisferio izquierdo, pero es el nervio auditivo del oído derecho el que accede directamente a ella, con un recorrido más corto, dando a ese órgano un papel privilegiado en el análisis de los oídos hablados. Para ser descifrados, todos los fonemas se adaptan a esa lateralidad neurológica.

La determinación cerebral del oído que va a ser directriz se realiza en la primera infancia, sin embargo, ésta no es una elección sin importancia.

Las personas que tienen lateralidad auditiva izquierda procesan los sonidos más lentamente y aprenden más lentamente, mientras que los que utilizan el oído derecho como el oído directriz utilizan vías más eficientes para el procesamiento auditivo y para el control audio-vocal de su propia voz. Se trata de un recorrido más largo y lento que genera problemas de comprensión y comunicación.

El realizar la estimulación bajo Oído Electrónico va a permitir madurar la función de Escucha del niño y poder integrar de forma adecuada el mensaje sonoro. Esto va a facilitar enormemente la labor reeducativa en logopedia.

Modificando la curva de escucha y la lateralidad auditiva obtendremos no sólo una mejoría en la comunicación y el lenguaje, sino una transformación completa de la actitud y la postura.

El niño que padece dislalia tiene dificultades con la pronunciación y la articulación de los distintos sonidos de su lengua.


Con la producción de las primeras palabras, entre los 12 y los 18 meses de edad, comenzarán los primeros errores de pronunciación. El niño dirá "lete" cuando se refiera a "leche" o "mimir" por "dormir". Estos errores son la consecuencia de la inmadurez de su lenguaje que tiende a simplificar los sonidos para que resulte más sencilla su pronunciación. A medida que avance en la adquisición de habilidades articulatorias, los patrones fonatorios se irán automatizando, mejorando su pronunciación y su fluidez verbal.

Cuando este proceso de adquisición de habilidades de pronunciación del lenguaje no se realiza con normalidad hablamos de dislalias. El trastorno fonológico o dislalia consiste en la incapacidad del niño para pronunciar correctamente los sonidos del habla que son esperables según su edad y desarrollo. Este trastorno se va a manifestar en errores en la producción de sonidos como la sustitución de una letra por otra (el niño dice "tasa" en vez de "casa") o la omisión de consonantes ("lapi" en vez de "lápiz").

Este trastorno suele presentarse entre los tres y los cinco años y es el trastorno del lenguaje más común en los niños.

Las disfasias expresivas se caracterizan porque el niño presenta un lenguaje expresivo por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad. Esto se manifiesta en un vocabulario reducido, errores en tiempos verbales que ya debería haber adquirido, dificultades para nombrar las cosas, falta de fluidez verbal, emisiones verbales demasiado cortas y un ritmo de lenguaje expresivo inadecuado.

A diferencia del trastorno mixto del lenguaje, el niño con un disfasia expresiva comprende lo que otros le dicen de forma adecuada teniendo en cuenta su edad y desarrollo.

En el trastorno mixto del lenguaje se da, además, un problema de comprensión. El niño no puede comunicarse con su entorno debido a que no entiende los mensajes y, además, no puede expresar lo que desea.

Las disfasias mixtas consisten en trastornos del lenguaje graves donde el niño va a tener dificultades tanto en la producción como en la comprensión del lenguaje, es decir, 

su capacidad para comprender y expresar el lenguaje están por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad y desarrollo en el resto de las áreas.

Las causas de los trastornos del lenguaje expresivo y mixto no se conocen en la actualidad. Numerosos estudios hablan de múltiples factores que estarían interviniendo en el proceso del desarrollo del trastorno, pero éstos, no siempre están presentes. Estas posibles causas se relacionan con:

  • Los problemas auditivos, como las otitis de repetición, en la primera infancia causan déficits en el desarrollo del lenguaje y la comunicación ya que ese niño no ha podido percibir con nitidez los sonidos de su entorno.

  • En el caso de niños que tienen dificultades únicamente en la expresión o producción del lenguaje, se pueden estudiar posibles problemas en la coordinación y control muscular de la producción del habla.



Uno de los factores que ha mostrado mayor relevancia en los estudios de las disfasias son las alteraciones del sistema nervioso. Los retrasos en la madurez cerebral se han planteado, al respecto, como la posible causa de los retrasos en el desarrollo del lenguaje infantil.

A través de un entrenamiento intensivo de la escucha, el niño se va abrir a un análisis más completo de los sonidos lo que le permitirá una descodificación mejor del lenguaje, una mejor expresión vocal, la discriminación fina de la sucesión de sonidos, permitirá una escritura y lectura más fluida, lo que le dará más confianza en sí mismo.<

La importancia del oído y del proceso auditivo en el desarrollo del lenguaje constituye el planteamiento fundamental de nuestra terapia. El niño oye y comprende los sonidos del lenguaje años antes de que aprenda a leer y a escribir. Desarrolla el lenguaje hablado a través de la escucha de los sonidos de su lengua materna presentados en forma de canciones, rimas infantiles y a través del estímulo que recibe de sus padres y hermanos.

Es razonable suponer que la calidad de la escucha del niño tiene una influencia importante en el resultado con el que el niño integra los sonidos del lenguaje. La audición de un niño puede ser "normal", es decir, libre de impedimentos médicamente reconocibles, pero esto no necesariamente significa que el niño escuche eficazmente. No es lo mismo oír que escuchar.

tartamudez tiene dificultades con el ritmo del lenguaje produciéndose bloqueos y repeticiones.

En el complejo proceso de adquisición del habla es muy frecuente la aparición de dificultades en la fluidez alrededor del tercer año de vida. Esto es debido a que, a esta edad, el niño no domina la coordinación de los músculos implicados en el habla, puede tener problemas para recordar las palabras adecuadas o se siente todavía inseguro al hablar. Sin embargo, estos problemas ocasionales son, en la mayoría de los casos, pasajeros y producto de una adquisición normal de las habilidades del habla.

Cuando estas dificultades en la fluidez no desaparecen y se hacen cada vez más frecuentes hablamos de tartamudez. Éste consiste en una interrupción en el ritmo o fluidez del habla con una frecuencia mayor de lo que se considera normal a su edad. Estas alteraciones en el habla pueden ser:

  • Repeticiones de sonidos, sílabas o palabras.
  • Sonidos inusualmente largos.
  • Interjecciones frecuentes (ehh, umh, etc.).
  • Pausas dentro de una palabra.
  • Pausas o bloqueos en el discurso.
  • Sustitución de palabras problemáticas.
  • Palabras con un exceso de tensión física.
  • Repeticiones de monosílabas.

El mantenimiento de la falta de fluidez en el habla a largo plazo se relaciona con un problema de ansiedad y temor. En el niño puede ser debido a una alta exigencia de los padres y una actitud negativa e incorrecta hacia los errores.

En general, no presentan dificultades al hablar en voz alta, leer de manera seguida o cantar, siempre y cuando se hallen solos, pues en el momento en el que tienen el más leve indicio de que alguien les escucha, su voz comienza a titubear y no consiguen hablar fluidamente. El retraimiento y ansiedad social, la baja autoestima y la escasez de habilidades sociales pueden convertir una dificultad ocasional y temporal en un trastorno persistente.

Todo ello son características que podemos apreciar externamente, pero los estudios demuestran que internamente concentran dos problemáticas: la del retorno y la de la lateralización.

Está comprobado clínicamente que la mayoría de los tartamudos tienen una exagerada lateralización a la izquierda, acarreando las consecuencias que ya hemos visto.